sábado, outubro 08, 2005

UN ACTO DE HUMORISMO (Muerte apócrifa de E.J.P)

La sociedad ata con extrañas cadenas
Theodore W. Broise
Todos los días le veía asomado al balcón. Era uno de sus autores teatrales favoritos. “¡Qué irónico!, ¡Qué golpes de efecto!, ¡Es la caraba!” decía a sus amigos. Llevaba tiempo pensando que podría decirle algo, incitar una anécdota que luego poder contar en el trabajo; quizá, provocar una amistad con “el más grande de los dramaturgos de España”.
Después de mucho meditarlo, aquella mañana se armó de valor y gritó, mirando hacia el balcón del quinto piso: “¡Salta!”
Enrique Jardiel Poncela, que rápidamente comprendió que no podía defraudar a su admirador y no se había levantado demasiado inspirado, simplemente obedeció.

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