martes, xuño 20, 2006

Noticia reciente de don Sabino Ordás.

Entrevista de Nuria Azancot a Juan pedro Aparicio publicada en El Cultural del 25 de mayo de 2006.

(…)

Pregunta : ¿Qué papel desempeñan en la “familia literaria leonesa” Merino, Luis Mateo y Antonio Pereira?

Respuesta: Buenos amigos los tres. Los dos primeros además dilectos sobrinos de mi querido y admirado “tío” Sabino Ordás. Él, Sabino Ordás, ha sido verdaderamente quien más ha hecho por nosotros. ¡Qué hombre y qué escritor!

(…)


Más sobre Sabino Ordás en C-18: Sabino Ordás, un centenario preterido I, II, III, IV y V (Obra) .

luns, xuño 19, 2006

Marcos 9, 42-50.

Era domingo y don Ramón pensaba en el sermón mientras iba hacia su primera parroquia, San Basilio. Su reloj marcaba las siete y media y las calles, salvo algunos rezagados de la noche, estaban vacías. A las ocho y cuarto celebraba la primera Eucaristía después, y sin apenas descanso, comenzaría su peregrinar por toda la comarca. Siete misas en una sola mañana. Tocaba leer Marcos Nueve y nunca le había gustado demasiado aquella lectura.
No le resultaba fácil comentarla y para evitarlo solía centrarse en el Salmo o bien comentaba algún asunto de la actualidad. Quedaban tres semanas para las fiestas y no habían reunido suficiente dinero para cambiar el manto de la virgen: merecían un buen “sermón”. Se cruzó con otro coche, una familia que iba a la playa. Hacía muy buen día y en dos horas la carretera general iba a ser mortificante pensó en que tendría que volver por las comarcales. “No puedo escurrir el bulto con el tema del manto, he de afrontar el fondo de la lectura y más en San Basilio” –se dijo recordando las últimas confesiones.
Sintió la necesidad de hablar claro, nunca lo había hecho en temas en los que su opinión se apartaba ligeramente de la oficial. Si quería comentar las palabras de Cristo no podía limitarse a un comentario socorrido, tenía que hablar sin tapujos, sin eufemismos. Él había sido claro «Y si tu mano es para tí ocasión de pecado, córtatela», si quería ser sincero con sus feligreses debía dar su visión sobre el asunto ¿A qué tenía miedo? “¿Una mano?; ¿un ojo? Todos sabemos de lo que está hablando realmente... Por mucho que una mano pueda hacer pecar el problema es otro. La mano es un mero instrumento... ¡He de comentarlo sin miedo! Tal y cómo siempre lo he entendido” Recordó que en el Seminario uno de sus profesores había definido su exégesis de esos versículos de pseudo-herética. Salió de la general y enfiló el coche hacia Os Agros. Aparcó, como hacía siempre, al lado del molino.

La Voz de Galicia, jueves 19 de agosto. El cadáver de don Ramón Suárez, párroco de San Basilio dos Agros, que desapareció el pasado domingo ha sido finalmente encontrado por los buceadores. Como les informamos su coche apareció aparcado en el lugar de costumbre, el Molino dos Agros, pero él no ofició ninguna de las nueve misas que tenía previstas para aquella mañana. Fuentes de la Policía Nacional han confirmado a este diario que parece un evidente caso de suicidio pues el sacerdote estaba en el fondo del río atado a una piedra de molino lo que dificultó su hallazgo a los investigadores.

martes, xuño 06, 2006

Su gozo…

-¡Muy buenas tardes! –dijo el poeta al entrar en la sala donde iba a dictar la conferencia.

Las ilusiones de algunos de sus más fervientes seguidores se hicieron trizas ante tan usual saludo.

domingo, xuño 04, 2006

Del nombre de esta sección.

EL HUEVO Y EL FUERO.

Pregunta un amable lector cuál es la razón del título de esta jurídica sección que Landrove me permite difundir a través de su Constelación. Nada me alegra más que contestarle. La rúbrica viene de un dicho castellano que reza:

No es por el huevo sino por el fuero,

y que me parece bastante revelador de los problemas que plantea la Justicia. Dice Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española:

No es por el güevo sino por el fuero. Impuso un señor a sus vasallos por reconocimiento (el tributo de) un güevo, y ellos pleiteáronlo y gastaron sus haciendas en defenderse, y diciéndoles que cómo por tan poca cosa aventuraban tanto, respondían que no lo hacían por el güevo, sino por el fuero.

José María Irribaren en El porqué de los dichos explica:

Es decir, que no es por la materialidad del tributo sino por defender (...) mi derecho.

Es actitud propia de pleiteadores esta de discutir por la razón sin que importe demasiada el objeto de la discusión. Este dicho se contrapone a lo que decía uno de mis profesores en la Universidad de Santiago de Compostela: “…por muchas vueltas y metafísicas la definición de lo que es el derecho es bien sencilla: es el instrumento que sirve para determinar de quién es la vaca” , se ve que para él lo importante era el “huevo”.

Aquí nos ocuparemos de ambas cosas, como pretendía dejar claro con el título, del huevo y del fuero. Espero saber despertar su interés.