mércores, maio 23, 2012

Morlac, el tebeo de los senderos que se entrecruzan




1. Herbert Quain, Ts'ui Pên y Leif Tande

Los mundos que propone April March (la novela de Herbert Quain) no son regresivos, es la manera de historiarlos (…) Trece capítulos integran la obra. El primero refiere el ambiguo diálogo de unos desconocidos en un andén. El segundo refiere los sucesos de la víspera del primero. El tercero, también retrógrado, refiere los sucesos de otra posible víspera del primero; el cuarto, los de otra. Cada una de esas tres vísperas (que rigurosamente se excluyen) se ramifica en otras tres vísperas de índole muy diversa. La obra total consta, pues, de nueve novelas; cada novela, de tres largos capítulos

(Examen de la obra de Herbert Quain, de Jorge Luis Borges en El jardín de los senderos que se bifurcan, 1944)


Casi en el acto comprendí El jardín de los senderos que se bifurcan era la novela caótica, la frase varios porvenires (no a todos)me sugirió la imagen de la bifurcación en el tiempo, no en el espacio. La relectura general de la obra confirmó esa teoría. En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras,; en la del casi inextricable Ts'ui Pên opta -simultáneamente- por todas. Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos que también proliferan y se bifurcan.

(El jardín de los senderos que se bifurcan, de J. L. Borges en El jardín de los senderos que se bifurcan, 1944)

La idea de Morlac me vino durante una exposición de obras del pintor David Bradbury. Las formas y los colores, la yuxtaposición de los personajes, todo este universo a la vez tan creíble y tan emocionante inició un proceso cognitivo cuya resultante fue la subdivisión simultánea del vínculo del guión y la partición intrínseca de la relación tiempo/espacio de la historia sobre la que trabajaba. Fue entonces cuando el relato se adueñó del destino y se subdividió en innumerables ramificaciones simultáneas. Ahora le toca al lector encontrar el hilo conductor y decidir que avenidas tomar para guiar el personaje hasta el final del relato. ¡Cuidado! Una mala opción puede significar un callejón sin salida del guión... Asi como la muerte del personaje!* (sic)

Prólogo de Leif Tande en Morlac, Diábolo ediciones, 2006

2. Morlac: instrucciones de uso.

En la historieta Morlac la forma tiene mucha importancia. Las páginas del tebeo se dividen en doce viñetas pero no todas son así: las hay con una sola viñeta y solo las páginas 44 y 45 tienen las doce. Pero cuando hay menos de doce viñetas no es porque dos tres o seis viñetas se dividan la página de una manera determinada para narrar lo que sucede (lo habitual en los tebeos) sino que las viñetas están colocadas en un lugar determinado. La página se divide siempre en una red de 3 x 4 viñetas.



La peculiaridad está en la forma de leerse, no ha de irse de arriba a abajo y de izquierda a derecha sino seguir página a página en la viñeta que está colocada en la misma posición. Intentaré explicarme mejor:

La historia empieza en la viñeta 8, es decir, en las cinco primeras páginas (págs. 5,6,7,8 y 9) solo hay una viñeta, la 8. Precisamente en la página 10 es cuando aprendemos a leer la historia pues ya no hay viñeta 8 sino 7 y 9 porque en la página anterior el protagonista se encuentra en una encrucijada en la que puede ir a la izquierda (viñeta 7) o a la derecha (viñeta 9) y según el lector elija la historia avanzará bien por las viñetas 7 o bien por las 9 de las sucesivas páginas. De vez en cuando se van abriendo nuevos caminos a la izquierda, a la derecha, arriba o abajo hasta esas páginas 44 y 45 en que aparecen las 12 viñetas. Podemos elegir el camino, ser más que en otras historias, coautores al interpretar la historia.

3. Elige tu propia aventura.

Además de los referentes más cultos (por Borgeanos) que di arriba el tebeo de Tande no me deja de recordar a aquellos libros de Elige tu propia aventura que tuvieron cierto éxito en los años 80, en los que los lectores podíamos decidir yendo a una u otra página el destino del protagonista (una Rayuela voluntaria).



4. Las viñetas que se entrecruzan.
 
Pero lo más interesante de la historieta de Tande no es tanto que podamos ir variando de alternativas para que la historia del personaje dure más o menos (muchos de los caminos se acaban pronto -no diré las razones- y bastantes llevan hasta el final de la historia o, al menos, hasta la última página) sino que algunas de las acciones del protagonista en un plano producen efectos en otros de los planos de la narración. De tal manera que solo después de leer todas las opciones: empezar las veces que sea necesario (no he contado las historias posibles) se puede comprender todo lo que se dice en el tebeo porque determinados personajes brotan de alguno de los escenarios alternativos que hemos creado -o crearemos- al cambiar de viñeta. Son historias paralelas, desde una perspectiva espacio-temporal “acaecida”**, pero coexistentes desde la realidad** espacio temporal que crea Leif Tande. Si en El jardín de los senderos que se bifurcan: (…) en todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras,; en la del casi inextricable Ts'ui Pên opta -simultáneamente- por todas. Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos que también proliferan y se bifurcan (…) en Morlac esos diversos porvenires además de proliferar y bifurcarse se entrecruzan.En vez de abrirse hacia una dimensión inabarcable se cierran en su propio ombligo, otra forma paradójica del infinito.


* Puede que esta teoría no sea más que una farsa, por más que sea una descripción fiel y eruditísima de la historieta porque el autor crea otra ficción en la autobiografía ultrabohemia que cuela en la solapa.

** Cuando escribía con cierta frecuencia aquí diferenciaba lo acaecido (lo que usualmente se suele llamar “real”) de lo ficticio (lo inventado, en sentido amplio) como los dos elementos de la realidad. Algo más he explicado aquí: De lo acaecido y lo ficticio.



Para saber más:

Morlac y Leif Tande en Diábolo ediciones