domingo, marzo 30, 2008

Coplas de la infancia de mi abuela, por Rodrigo Osorio. ( XVII )

En casa están sentadas
Ignacia y su hermana Celia
su madre les dice: «¡Ea,
teneis que ir a la huerta
a ver si tenemos agua
para regar la cosecha!»
Si la hay, una me avisa
y la otra allí se queda
para decir a vecinos
que nos toca a nos la quenda
Las niñas llegan al huerto
y allí ven a la su abuela
Basilisa que les dice:
«¡ Ya estoy yo, vos a la escuela!»
Por el camino se paran
en una viña en que vieran
unos racimos maduros
con una pinta muy buena.
Miran a uno y otro lado,
y meten mano en la cepa
sacan dos gajos enormes:
«¡Ya tenemos la merienda!»
Cuando vuelven al camino
sale el dueño de las cepas.
«¡Ladronas y malandrinas
voy a hacer que os detengan!»
Las prende por una mano
y corriendo se las lleva
derechas al cuartelillo:
quiere interponer querella.
Las niñas de lo asustadas
lloran y lloran sin tregua.
El hombre grita: «¡Ladronas!»
Basilisa que lo viera
va a casa de doña Angustias:
«¡La culpa es tuya, peleixa,
que mandas al huerto a niñas
mientras tú duermes la siesta!»
Al llegar al Consistorio
un funcionario los espera
«¿A quienes me traes aquí
Pero, ¿no te da vergüenza?
En vez de meterles miedo
otro racimo debieras
darles para sus hermanos
¡Si son dos niñas pequeñas!
¡Vamos, anda, vete a casa
vas a acabar entre rejas
como sigas abusando
de las criaturas buenas!»

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