Por aquel tiempo de Guerra
el pan más escaseaba
y un vecino ofrece a Angustias
trabajo para la Ignacia:
«Si pastorea mi buey
yo de comer bien le daba»
La madre dice que bueno,
el padre pon mala cara
pero asiente resignado:
la necesidad es tanta
que no será poco alivio
tener hija merendada.
Así que Ignacia comienza
a trabajar desde enana
llevando a pacer a un buey
desde las luces del alba.
Manuel no está convencido,
Basilisa le acompaña
persuaden a doña Angustias
de que es idea muy mala
el que la niña trabaje
cuidando una bestia parda.
Y cuando el dueño encuentra
pastora bien preparada
libera a la niña chica
de aquella pesada carga
y vuelve Ignacia al colegio
ahora con muchas más ganas,
pues de segunda a tercera
ha pasado la «estudianta»
mércores, marzo 26, 2008
Coplas de la infancia de mi abuela, por Rodrigo Osorio. (XIII)
Publicado por Sergio B. Landrove el 26.3.08
Sección o secciones: Coplas de la infancia de mi abuela, Poesía.
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