sábado, marzo 29, 2008

Coplas de la infancia de mi abuela, por Rodrigo Osorio. (XVI)

En abril del 39,
la Guerra al fin terminó
y en Cacabelos la gente
la noticia recibió
con alegría o tristeza,
según es su condición.
Los falangistas montaron
la mejor celebración
conforme a sus preferencias:
Misa, bando, procesión,
banderas, himnos y tiros.
¡Qué al fin Madrid se rindió!
El día 1 de abril,
cuando terminó la guerra,
don Manuel lloraba mucho,
de alegría y de pena.
Triste porque Nacional
precisamente no era;
alegre porque sabía
(había echado las cuentas)
que a su quinta llamarían
la siguiente para leva.
Así que aunque él no fue
(como su costumbre era)
a la fiesta de Falange
en su cabeza hubo fiesta
pero también mucho duelo:
¡Cosas de la puta guerra!

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