martes, febreiro 07, 2006

GERIFALTE INSTANTÁNEO. Capítulo 13.

Resumen de lo publicado: Citric comunica a Pantaleón que Felipe VI, después de no conseguir apoyo de otros monarcas, se dirige a Dinamarca buscando la colaboración de su viejo amigo Rosencratz.
Las luces reglamentarias esbozaban sobre la nieve la pista de aterrizaje de Elsinor. Felipe VI, piloto experto, aterrizó sin ninguna dificultad a pesar del hielo. Cuando los motores se apagaron Rosencratz, largo abrigo negro, gorro de piel y bufanda tricolor, se acercó corriendo al F-16. “Felipe”. El Rey arrojó el casco al suelo y se abrazó a su viejo amigo. “Adolfo”. No fueron necesarias más palabras. Desde que se habían conocido en la universidad de Georgetown habían trabado una amistad de esas que los simples mortales creemos ficticias gracias a las cuáles dos personas se pueden entender con sólo mirarse a los ojos. Rosencratz, jefe del servicio de inteligencia dinamarqués, sabía que Felipe estaba en graves apuros y estaba dispuesto a ayudarle. “No te preocupes aquí estarás seguro. Las Casas Reales se han movilizado en tu contra, Hamlet recibió esta mañana una llamada de Suecia pidiéndole que no interviniera en el asunto. A mí no me ha dicho nada pero no creo que sea para que te ayude sino porque sabe que desobedecería cualquier orden que vaya en contra de nuestra amistad. No sé tus razones ni quiero saberlas pero mientras tenga algún poder en Dinamarca, tú estarás seguro” El danés sacó del bolsillo de su abrigo una linterna que encendió y apagó tres veces, respondiendo a su señal una camioneta se acercó e inició las operaciones para remolcar el reactor hacia el hangar. “Habrá que devolverlo a España –dijo Adolfo ofreciendo la mano a su amigo- Sígueme.”Al pie de la torre de control les esperaba un todoterreno en el que Rosencratz llevó al Borbón a uno de los pabellones de caza de la Corona danesa. “Apenas lo usan. Aquí estarás seguro”
Publicado en Le Rosaire de l´Aurore, número diecisiete. Enero de 2006.

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