Hace tiempo ( el miércoles diecinueve de octubre de 2005) escribí aquí sobre la “avena loca” y del párrafo final de aquella anotación se deduce que defiendo la existencia de una fecha de caducidad para las obras literarias, nada más lejos de mi intención. Escribí:
«La expresión es preciosa y quizá convendría no dejarla morir. Hace apenas diez años de ese último uso (si es que no ha habido más) y el libro de CMG se seguirá leyendo aún durante mucho tiempo En sus lectores quizá germine la avena loca.»
Evidentemente también se leerá aún durante mucho tiempo el Alfanhuí de Ferlosio y durante mucho tiempo más probablemente, dada su significación histórica, El libro del buen amor. La expresión no está perdida y puede que si no la recuperamos hoy alguien lo haga mañana tomándola directamente de estas fuentes.
Por cierto, ¿no se hace más moderno, al menos formalmente, el libro del Arcipreste que las novelas de Martín Gaite y Sánchez Ferlosio?
«La expresión es preciosa y quizá convendría no dejarla morir. Hace apenas diez años de ese último uso (si es que no ha habido más) y el libro de CMG se seguirá leyendo aún durante mucho tiempo En sus lectores quizá germine la avena loca.»
Evidentemente también se leerá aún durante mucho tiempo el Alfanhuí de Ferlosio y durante mucho tiempo más probablemente, dada su significación histórica, El libro del buen amor. La expresión no está perdida y puede que si no la recuperamos hoy alguien lo haga mañana tomándola directamente de estas fuentes.
Por cierto, ¿no se hace más moderno, al menos formalmente, el libro del Arcipreste que las novelas de Martín Gaite y Sánchez Ferlosio?
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