venres, setembro 30, 2005

GERIFALTE INSTÁNTANEO. Capítulo 7.

Resumen de lo publicado: La inviolabilidad de la que goza don Felipe de Borbón desde el mismo instante en que asesinó a su padre obliga al gabinete de crisis a buscar soluciones al margen de la ley para que no se quiebre la estabilidad de España con el asesoramiento de Pces-Barba, catedrático de derecho constitucional.

Con un gesto Pantaleón ordenó guardar silencio al resto de los miembros del gabinete, se levantó y acompañó a don Gregorio a la puerta, «Muchas gracias. Su colaboración ha sido imprescindible, profesor»; « ¿Debo guardar silencio?», preguntó Peces-Barba habituado a preservar secretos de Estado. «Haga lo que crea conveniente. Los hechos son increíbles y nadie confiará en su realidad y, paradójicamente, estando en lo cierto, al no creer lo increíble, se confundirán pues, una vez más, lo increíble es la verdad. Tanto guardando el secreto como difundiendo la noticia nos ayuda…», «Eso me suena, Pantaleón, creo que lo leí en una novela de Torrente Ballester» «Ya sabe que lo que no es tradición es plagio» le contestó amenazador Alfredo, el chófer de Troche, que en ese momento acudía a la llamadada del Secretario General del CEAS, al tiempo que ofrecía un albornoz al catedrático. «Alfredo, acompaña al señor Peces-Barba a su casa o a dónde quiera ir». Ya en el ascensor don Gregorio se puso la bata. Hacía un rato que, preocupado por la situación política, se había olvidado de su desnudez. Era, sin duda, un hombre de Estado.

(Continuará)

Publicado en Le Rosaire de l´Aurore número once, julio 2005.

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