El Rucho me envió está canción en su momento pero no he podido publicarla hasta hoy. Es una suerte no ser reo de actualidades y por eso la comparto ahora. Se une a La torre de La rosaleda para formar una «lírica contraurbanística» que, según algún crítico, debería incluir un romance sobre el centro comercial. El Rucho da la callada por respuesta pero sonríe.
Que ya puso el obispo,
vecina,
los sus cimientos.
Ya regó con hisopo
de plata
el vil cemento.
Ya firmó en sucursal
de banca
el documento
por el cual se hipoteca,
ay, amiga,
para hacer templo.
Ya vendió al diablo
su alma,
al diablo Dinero,
por tener una iglesia
flamante
en barrio nuevo.
Foto: Diócesis de Astorga
Ponferrada, 23 de mayo de 2008.
Ponferrada, 23 de mayo de 2008.
2 comentarios:
Mis felicitaciones al Rucho; según leía el romance ya lo oía cantar con voz atiplada de vieja o con voz profunda de barítono.
Y bienvenido sea usted, don Sergio, se le echaba de menos.
Un beso.
Intentaré retomar esta constelación pero... la vida me reclama y , a veces, cuanto más tiempo libre tienes menos se hace...
Al Ruchos se le van notando las lacturas y audiciones anda con García Lorca, Isabel escudrro, Agustín García Calvo y Chicho Sánchez Ferlosio... ¡Qué siga leyendo y que le (y nos) aproveche!
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