Un extracto de mi No al préstamo de pago en bibliotecas fue seleccionado, publicado y comentado por don Lorenzo Silva para la sección Correo [En el cibersitio de la revista no publican esta sección] del número 1015 de la revista XL semanal.
El señor Silva apostilla a mi texto:
«BIBLIOTECAS.» Clama uno de nuestros lectores, con variados argumentos, contra el establecimiento de un canon por préstamo de libros en las bibliotecas públicas, destinado a remunerar a los autores por el uso que en ellas se hace de su creación. Como en tantas otras cosas, en el origen del canon hay una idea digna de respeto: compensar a quien crea una riqueza para la comunidad por el uso colectivo que de esa riqueza se hace. En algunos paises, incluso, los fondos recaudados se destinan a dar cobertura social a autores en situación de necesidad, lo que no parece precisamente un sistema vil. El problema viene cuando se parte de una situación como la de las bibliotecas españolas. Como bien dice nuestro lector, el dinero del canon minorará, con toda probabilidad, el disponible para comprar libros, que no era holgado. A ese precio, no creo que nadie que sienta amor por la lectura esté muy feliz de que se establezca este canon. pAra esto aún no somos Europa
Me parece un tanto incongruente decir que el canon es para compensar a quien crea una riqueza para la comunidad por el uso colectivo que de esa riqueza se hace (lo que, todo sea dicho de paso, no me parece nada malo en general pero creo, como he escrito en el texto que dió origen a la carta, que las bibliotecas públicas han de ser una excepción) con el que se defienda que ese canon se aplique, como se hace en algunos países, a dar cobertura social a autores en situación de necesidad ¿No era para retribuir a los autores por las obras leídas? Puede que sea necesario dar cobertura a las personas (y no sólo a los artistas) pero no creo que pagando por leer libros públicos se solucione ese otro problema. Quizá sea mejor leerlos con provecho y actuar.
El señor Silva apostilla a mi texto:
«BIBLIOTECAS.» Clama uno de nuestros lectores, con variados argumentos, contra el establecimiento de un canon por préstamo de libros en las bibliotecas públicas, destinado a remunerar a los autores por el uso que en ellas se hace de su creación. Como en tantas otras cosas, en el origen del canon hay una idea digna de respeto: compensar a quien crea una riqueza para la comunidad por el uso colectivo que de esa riqueza se hace. En algunos paises, incluso, los fondos recaudados se destinan a dar cobertura social a autores en situación de necesidad, lo que no parece precisamente un sistema vil. El problema viene cuando se parte de una situación como la de las bibliotecas españolas. Como bien dice nuestro lector, el dinero del canon minorará, con toda probabilidad, el disponible para comprar libros, que no era holgado. A ese precio, no creo que nadie que sienta amor por la lectura esté muy feliz de que se establezca este canon. pAra esto aún no somos Europa
Me parece un tanto incongruente decir que el canon es para compensar a quien crea una riqueza para la comunidad por el uso colectivo que de esa riqueza se hace (lo que, todo sea dicho de paso, no me parece nada malo en general pero creo, como he escrito en el texto que dió origen a la carta, que las bibliotecas públicas han de ser una excepción) con el que se defienda que ese canon se aplique, como se hace en algunos países, a dar cobertura social a autores en situación de necesidad ¿No era para retribuir a los autores por las obras leídas? Puede que sea necesario dar cobertura a las personas (y no sólo a los artistas) pero no creo que pagando por leer libros públicos se solucione ese otro problema. Quizá sea mejor leerlos con provecho y actuar.
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