domingo, febreiro 04, 2007

Constelación decimoctava en Diario de León ( IV )

Hoy, en El Filandón (Sin sitio virtual) de Diario de León, tres nuevos microcuentos que ya fueron publicados en esta Constelación.

CONSTELACIÓN DECIMOCTAVA

Sergio B. Landrove.



UN ACTO DE HUMORISMO (MUERTE APÓCRIFA DE E.J.P).

La sociedad ata con extrañas cadenas
T.W.Broise.

Todos los días le veía asomado al balcón. Era uno de sus autores teatrales favoritos. “¡Qué irónico!, ¡Qué golpes de efecto!, ¡Es la caraba!” decía a sus amigos. Llevaba tiempo pensando que podría decirle algo, incitar una anécdota que luego poder contar en el trabajo; quizá, provocar una amistad con “el más grande de los dramaturgos de España”.
Después de mucho meditarlo, aquella mañana se armó de valor y gritó, mirando hacia el balcón del quinto piso: “¡Salta!”
Enrique Jardiel Poncela, que rápidamente comprendió que no podía defraudar a su admirador y no se había levantado demasiado inspirado aquella mañana, simplemente obedeció.



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TEORÍA Y PRÁCTICA.

No hay más vida que la que disfrutamos aquí y ahora, en este segundo se concentra toda nuestra esencia humana. He sobrevivido al antes. Puedo afirmar que viví escribiendo: «No hay más vida que la que disfrutamos aquí y ahora, en este segundo se concentra toda nuestra esencia humana. He sobrevivido al antes. Puedo afirmar que viví escribiendo: «No hay más vida que la que disfrutamos aquí y ahora, en este segundo se concentra toda nuestra esencia humana. He sobrevivido al antes. Puedo afirmar que viví escribiendo: «No hay más vida que…

(De la existencia -fragmento-, de Franz H. Röedder)



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PRESCIENCIA*.

Sentada en su sillón leía, para hacer tiempo, una revista. Sin saber muy bien la razón (una foto le llevó a un pensamiento y éste a otros) imaginó un perro, grande y negro, aullando al firmamento. Desde la calle, atravesando la consistencia de los cristales, le llegó un aullido. Miró por la ventana y sonrió ante la casualidad. Continuó ojeando la revista. Un breve artículo reseñaba una obra de teatro que había visto hacía tiempo en otra versión. Recordó a la amiga que le había acompañado a la representación. Sonó el teléfono. « ¡Cuánto tiempo! Precisamente ahora estaba pensando en ti…» La sonrisa se transformó en gesto preocupado. Tuvo miedo y se murió.



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*En el periódico corrigen el título del relato y publican Presencia ( ), pero “presciencia” fue mi idea original.

2 comentarios:

Anselmo Cobirán dixo...

Me gusta el relato Presciencia, pero puestos a pulirlo tal vez omitiría la última frase, el final abrupto de la muerte. Mejor que el lector se quede en vilo e imagine por si solo lo que ocurre a continuación, a partir del momento cumbre en el que los presagios infunden miedo al protagonista.

Anónimo dixo...

Maestro Anselmo, me alegro que te guste PRESCIENCIA pero creo que ha de terminar tal y como lo hace sobre todo porque pertenece a una serie titulada LA MUERTE ES EL FINAL.

Gracias por la lectura y la crítica.