1.
Herbert Quain, Ts'ui Pên y Leif Tande
Los
mundos que propone April March (la novela de Herbert Quain) no
son regresivos, es la manera de historiarlos (…) Trece capítulos
integran la obra. El primero refiere el ambiguo diálogo de unos
desconocidos en un andén. El segundo refiere los sucesos de la
víspera del primero. El tercero, también retrógrado, refiere los
sucesos de otra
posible víspera del primero; el cuarto, los de otra. Cada una de
esas tres vísperas (que rigurosamente se excluyen) se ramifica en
otras tres vísperas de índole muy diversa. La obra total consta,
pues, de nueve novelas; cada novela, de tres largos capítulos
(Examen
de la obra de Herbert Quain, de Jorge Luis Borges en El jardín de
los senderos que se bifurcan, 1944)
Casi en el acto comprendí El jardín de los senderos que se bifurcan era
la novela caótica, la frase varios porvenires (no a todos)me
sugirió la imagen de la bifurcación en el tiempo, no en el espacio.
La relectura general de la obra confirmó esa teoría. En todas las
ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas
alternativas, opta por una y elimina las otras,; en la del casi
inextricable Ts'ui Pên opta -simultáneamente- por todas. Crea, así,
diversos porvenires, diversos tiempos que también proliferan y se
bifurcan.
(El
jardín de los senderos que se bifurcan, de J. L. Borges en El
jardín de los senderos que se bifurcan, 1944)
La
idea de Morlac me vino durante una exposición de obras del pintor
David Bradbury. Las formas y los colores, la yuxtaposición de los
personajes, todo este universo a la vez tan creíble y tan
emocionante inició un proceso cognitivo cuya resultante fue la
subdivisión simultánea del vínculo del guión y la partición
intrínseca de la relación tiempo/espacio de la historia sobre la
que trabajaba. Fue entonces cuando el relato se adueñó del destino
y se subdividió en innumerables ramificaciones simultáneas. Ahora
le toca al lector encontrar el hilo conductor y decidir que avenidas
tomar para guiar el personaje hasta el final del relato. ¡Cuidado!
Una mala opción puede significar un callejón sin salida del
guión... Asi como la muerte del personaje!* (sic)
Prólogo
de Leif Tande en Morlac, Diábolo ediciones, 2006
2.
Morlac: instrucciones de uso.
En
la historieta Morlac la forma tiene mucha importancia. Las páginas
del tebeo se dividen en doce viñetas pero no todas son así: las hay
con una sola viñeta y solo las páginas 44 y 45 tienen las doce.
Pero cuando hay menos de doce viñetas no es porque dos tres o seis
viñetas se dividan la página de una manera determinada para narrar
lo que sucede (lo habitual en los tebeos) sino que las viñetas están
colocadas en un lugar determinado. La página se divide siempre en
una red de 3 x 4 viñetas.
La
peculiaridad está en la forma de leerse, no ha de irse de arriba a
abajo y de izquierda a derecha sino seguir página a página en la
viñeta que está colocada en la misma posición. Intentaré
explicarme mejor:
La
historia empieza en la viñeta 8, es decir, en las cinco primeras
páginas (págs. 5,6,7,8 y 9) solo hay una viñeta, la 8.
Precisamente en la página 10 es cuando aprendemos a leer la
historia pues ya no hay viñeta 8 sino 7 y 9 porque en la página
anterior el protagonista se encuentra en una encrucijada en la que
puede ir a la izquierda (viñeta 7) o a la derecha (viñeta 9) y
según el lector elija la historia avanzará bien por las viñetas 7
o bien por las 9 de las sucesivas páginas. De vez en cuando se van
abriendo nuevos caminos a la izquierda, a la derecha, arriba o abajo
hasta esas páginas 44 y 45 en que aparecen las 12 viñetas. Podemos
elegir el camino, ser más que en otras historias, coautores al
interpretar la historia.
3.
Elige tu propia aventura.
Además
de los referentes más cultos (por Borgeanos) que di arriba el tebeo
de Tande no me deja de recordar a aquellos libros de Elige tu propia
aventura que tuvieron cierto éxito en los años 80, en los que los
lectores podíamos decidir yendo a una u otra página el destino del
protagonista (una Rayuela voluntaria).
4. Las viñetas que se entrecruzan.
Pero
lo más interesante de la historieta de Tande no es tanto que podamos
ir variando de alternativas para que la historia del personaje dure
más o menos (muchos de los caminos se acaban pronto -no diré las
razones- y bastantes llevan hasta el final de la historia o, al
menos, hasta la última página) sino que algunas de las acciones
del protagonista en un plano producen efectos en otros de los planos
de la narración. De tal manera que solo después de leer todas las opciones: empezar las veces que sea necesario (no he contado las historias posibles) se puede comprender todo lo que se dice en el tebeo porque determinados personajes brotan de alguno de los escenarios alternativos que hemos creado -o crearemos- al cambiar de viñeta. Son historias paralelas, desde una
perspectiva espacio-temporal “acaecida”**, pero coexistentes
desde la realidad** espacio temporal que crea Leif Tande. Si en El jardín de los senderos que se bifurcan: (…) en
todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas
alternativas, opta por una y elimina las otras,; en la del casi
inextricable Ts'ui Pên opta -simultáneamente- por todas. Crea, así,
diversos porvenires, diversos tiempos que también proliferan y se
bifurcan (…) en Morlac esos diversos porvenires además de
proliferar y bifurcarse se entrecruzan.En vez de abrirse hacia una
dimensión inabarcable se cierran en su propio ombligo, otra forma
paradójica del infinito.
*
Puede que esta teoría no sea más que una farsa, por más que sea
una descripción fiel y eruditísima de la historieta porque el autor crea
otra ficción en la autobiografía ultrabohemia que cuela en la
solapa.
**
Cuando escribía con cierta frecuencia aquí diferenciaba lo acaecido
(lo que usualmente se suele llamar “real”) de lo ficticio (lo
inventado, en sentido amplio) como los dos elementos de la realidad.
Algo más he explicado aquí: De lo acaecido y lo ficticio.
Para
saber más:
Morlac
y Leif Tande en Diábolo ediciones
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