Los archivos de la O.P.A.
Quién no es quién (VI).
Quién no es quién (VI).
3.Última noticia de Horace Beemaster.
Juan Pedro Aparicio, discípulo de Sabino Ordás del que sin duda le viene la devoción por la obra de Beemaster, cuenta que en una primera edición, casi sin usar, de El mendigo de horas que compró por la internet en una librería de viejo de Minneapolis encontró una nota manuscrita del propio Horace Beemaster que venía entre las paginas 132 y 133 en la que se puede leer:
A quien pueda concernir:
A la hora de mi muerte, yo, Horace Zebulon Beemaster, declaro solemnemente que mi jardinero, Anthony Whilam, un mocetón irlandés analfabeto que sirvió en mi casa durante veinticinco años, ha sido el autor de todos mis escritos. Mientras él se bebía mi whisky, yo copiaba literalmente cuantas palabras iban saliendo de su boca. Así nacieron mis novelas más importantes: El calderero, La furia del alba, Los árboles ahogados, El camino de un sueño y El mendigo de horas. Ni siquiera los títulos son míos, que brotaron también de su boca. Hoy dejo esta nota en este ejemplar de El Mendigo de horas que yo guardo en mi biblioteca, con la esperanza de que, a mi muerte, la verdad resplandezca y mi alma recupere la paz. Firmado Horace Z. Beemaster
PD. : Anthony Whilam murió de una cirrosis hepática el 27 de febrero de 1829 a la edad de cuarenta y cuatro años. *
Quizá sólo sea un cebo que Bob Norman dejó para que después de su muerte otro estudioso, quizá el escritor leonés, continuase desprestigiando a Beemaster. O una trampa que Beemaster dejó sabedor de que Norman iba a hacer, tras su muerte, todo lo posible para acabar con su reputación. Pero si se confirma la autoría de la nota y la realidad de los hechos que HB, si es que él es el autor, afirma en ella. ¿Deberán revisar de nuevo los críticos su obra? ¿Será necesario un nuevo Kubackewski que indague sobre Anthony Whilam? ¿Quién era Whilam? De decir verdad el manuscrito, sin duda alguna el más extraordinario cuentacuentos y el fundador de la novela moderna, nada menos.
*Traducción del propio Juan Pedro Aparicio en su cuento La confesión, incluido en Palabras en la nieve (Un filandón). Rey Lear, 2007. Antes publicado en el número 130 de la revista Lateral
PD. : Anthony Whilam murió de una cirrosis hepática el 27 de febrero de 1829 a la edad de cuarenta y cuatro años. *
Quizá sólo sea un cebo que Bob Norman dejó para que después de su muerte otro estudioso, quizá el escritor leonés, continuase desprestigiando a Beemaster. O una trampa que Beemaster dejó sabedor de que Norman iba a hacer, tras su muerte, todo lo posible para acabar con su reputación. Pero si se confirma la autoría de la nota y la realidad de los hechos que HB, si es que él es el autor, afirma en ella. ¿Deberán revisar de nuevo los críticos su obra? ¿Será necesario un nuevo Kubackewski que indague sobre Anthony Whilam? ¿Quién era Whilam? De decir verdad el manuscrito, sin duda alguna el más extraordinario cuentacuentos y el fundador de la novela moderna, nada menos.
*Traducción del propio Juan Pedro Aparicio en su cuento La confesión, incluido en Palabras en la nieve (Un filandón). Rey Lear, 2007. Antes publicado en el número 130 de la revista Lateral
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