domingo, maio 28, 2006

De Lear a Fuertes. Un reencuentro feliz.

Cuando escribí sobre el nonsense conocí, gracias a la fiesta de Luis Miguel González, a un coetáneo de Carroll, Edward Lear que también se dedicó al sinsentido. Afortunadamente la Biblioteca Pública satisfizo mi interés con un tomo recopilatorio Fabuleario (Tus libros, Anaya, 1993. Traducción y selección de Santiago R. Santerbás) y una selección de limericks* compilados y traducidos por Luis Maria Panero (Omnibus sin sentido, Visor. 1972)

There was a Young Lady of Portugal,
Whose ideas were excessively nautical:
She climbed up a tree,
To examine the sea,
But declared she would never leave Portugal.

(Ilustración y texto de E. Lear. A book of nonsense 1846)

El absurdo –la lógica llevada hasta sus últimas consecuencias-, los juegos de palabras y el ritmo de los poemas (aunque realmente el ritmo que se me contagió fue el de las traducciones) se me pegaron y en aquellos días, mientras volvía a casa del trabajo se me ocurrieron tres o cuatro sobre mis más próximos amigos:

Había un hombrecillo en Ponferrada
que un pasquín mensual solo editaba
un día se ofuscó
nada se le ocurrió
y limericks a sus lectores dedicaba.

***

Una joven mujer compostelana
no soportaba el DONG de la campana
a la torre subió
el badajo amordazó
aquella transgresora… ¡era Ana!

***
Un médico vigués hipocondríaco
creyó padecer paro cardíaco
y tras una semana
postrado en una cama
de infartado pasó a ser celiaco.

***

Otro médico, éste madrileño,
vivía con su mujer en un barreño
“Engaña desde fuera,
¡tiene hasta leonera!”
-decía a las visitas muy risueño.

***

Hay en Ourense un matématico
oblongo, abnegado y muy simpático
que tiene una academia
a la que, cuan epidemia,
acuden estudiantes “poco enfáticos”.


***

Pensé, ¿quién en nuestra literatura? Y, de repente, recordé a la que fue durante largo periodo de mi vida mi escritora favorita. Hice una incursión al trastero y salí con unos cuantos tomos bajo el brazo: El hada acaramelada, Tú contento yo contenta qué bien nos sale la cuenta, La momia tiene catarro, El libro loco. De todo un poco, El dragon tragón, Las tres reinas magas,… Los releí con verdadero gusto por encontrar el absurdo, el gusto por la belleza y las ganas de juego que tanto me gustan en la literatura.
Volví a la Biblioteca para ver si tenían alguno de los libros de versos que había escrito para mayores. Tras una ojeada saqué Cómo atar los bigotes del tigre (Torremozas, 2002 -1ª edición en 1969-) donde curiosamente me reencontré con uno de los poemas de uno de los libros infantiles, EL CIEMPIÉS YE-YE, que acababa de leer en Plumilindo (El cisne que quería ser pato).

El libro me parece magnífico por contagiar alegría no desde la ñoñería sino desde el más absoluto realismo. No se oculta en lo falso para convencernos de ser felices sino que nos invita a ser conscientes del dolor y del sufrimiento como base de la alegría. Algunos versos son de los que conviene recordar todos los días antes de levantarse:

Se puede uno morir, por eso digo
que cambiemos el disco y que pongamos
ese alegre, que está con tanto polvo
y que siempre aparece arrinconado.

(De NO VOLVER A LAS ANDADAS)

La base de esa alegría es ver la vida, toda la vida, como un juego como lo demuestra claramente en poemas como MIRAD QUE FEOS, EL ORNITORRINCO o SELVA, dice este último:

…Y dijo el payaso
¿será ese el dinamismo que antecede a la muerte?
Y dijo la lechuza: ¡miau!
Alguién gritó y otro dijo:
¡Dios no es sordo!
… …
¡Por favor!
¡Bajen el volumen de su preceptor!
Una mirla expiaba alrededor
y el tigre de bengala se encendió
la tigrata era ingrata y volcó
con la cola una cesta de estrellas…
Me dio miedo y me fui.


*Limericks: Aunque se desconoce el origen exacto del limerick, suele admitirse que provienen de una canción de los soldados irlandeses del siglo XVIII que comenzaba con el verso: “Will you come up to Limerick?” A esta frase inicial se le añadían versos improvisados, generalmente absurdos o satíricos y, a veces, picantes. (Santiago R, Sartebrás en el prólogo a Fabuleario)


Más:

Edward Lear: Nonsenselit.org: The Edward Lear home page (En inglés, of course)

Gloria Fuertes: Fundación G. F.
Cervantes Virtual: Biblioteca G. F.

2 comentarios:

Ángel Ruiz dixo...

Gloria Fuertes es una grandísima escritora.
Por cierto que es Luis Daniel González, no Luis Miguel.

Sergio B. Landrove dixo...

Totalmente de acuerdo contigo en lo de la señora Fuertes, estoy buscando alguna antología que creo hay en cátedra.

"Lapsus teclae", muchas gracias por descubrirme la Fiesta de Luis Daniel y por pasarte por aquí.

Un abrazo.