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Catálogo del vacío perfecto (IV)
Catálogo del vacío perfecto (IV)
Como recordarán en esta sección pretendo dejar constancia de los libros invisibles que conforman el vacío perfecto. Esta acertada expresión pertenece al título de un libro del escritor polaco Stanislaw Lem.
Vacío perfecto (A perfect vacuum, 1971) es una colección de críticas de libros imaginarios que guarda semejanzas, dentro de las obvias diferencias entre los dos escritores, con la obra de Bolaño de la que le escribí más abajo. Contiene quince reseñas de novelas y ensayos invisibles, el imaginado discurso de un inexistente premio Nóbel (Alfredo Testa) y, quizá lo más interesante, la propia crítica de Vacío Perfecto, el libro de Lem. En esta última cargado de ironía traza un revelador ensayo sobre estos juegos de espejos literarios. Ante la dificultad de encontrar la obra en librerías, incluso en las de viejo (no dejen de acudir a su biblioteca pública) reproduzco parte del primer capítulo en que un anónimo crítico desmenuza a Lem:
«La crítica de libros inexistentes no es una invención de Lem. Encontramos intentos parecidos no sólo en escritores contemporáneos como Borges (…) sino en otros mucho más antiguos, ni siquiera Rabelais fue el primero en poner en práctica esta idea. Sin embargo Vacío perfecto constituye una especie de curiosum (…) ¿Cuál fue su propósito? ¿El de sistematizar la pedantería o la broma? Sospechamos que en este caso se trata de un subterfugio jocoso, viéndose confirmada esta impresión por la introducción, interminable [Realmente es interminable dado que esta introducción a la que hace referencia el crítico no existe. Sergio B. Landrove.] y muy teórica (…) En el párrafo siguiente de la introducción (AUTOZOILO) leemos: “La literatura nos ha hablado hasta ahora de personajes de ficción. Nosotros iremos más lejos: hablaremos de libros de ficción. En ello vemos una posibilidad de recuperar la libertad creativa y un ensamblaje de dos espíritus contradictorios el de autor y el de crítico.”
(…)
Todo esto, si es una broma, resulta un tanto cargante. Y, lo que es más, esta introducción sirve a Lem para engañar al lector (y tal vez a sí mismo), ya que Vacío perfecto se compone de unas seudoreseñas que no son, tan sólo, un compendio de chistes. Yo los dividiría, en desacuerdo con el autor, en tres grupos:
1) Parodias, pastiches y burlas: a este grupo pertenecen Robinsonadas, Nada o la consecuencia, (…), Tú y Gigamesh. Señalemos que la posición adoptada en Tú es bastante arriesgada, ya que inventar un libro malo para poder destrozarlo en una crítica porque es malo es realmente un recurso fácil. (…)
2) Apuntes en borrador (al fin y al cabo, no son más que unos borradores sui generis): Gruppenführer Louis XVI, Idiota y Cuestión del tempo. Cada uno de ellos podría ser quizá el embrión de una buena novela. Sólo que esas novelas primero deberían estar escritas. (…) Por eso habla en el AUTOZOILO de la pobreza de la materia prima creativa, de la pesadez artesanal de fabricar frases del tipo “la marquesa salió de casa a las cinco (…)
[El tercer grupo está integrado –según el crítico que le dedica un amplio comentario que aquí no viene a cuento- por el discurso apócrifo del premio Nóbel]
(…)
Es un libro sobre sueños que jamás se cumplen. Y el único ardid que le queda todavía a Lem sería un contraataque: afirmar que no fui yo, el crítico, sino él mismo, el autor, quien escribió la presente reseña, e incluirla, como un texto más, en Vacío perfecto»
No fue está la última incursión de Lem en el género. Recientemente la Editorial funambulista ha publicado Provocación que se basa en dos obras inexistentes, la de un historiador alemán que niega el holocausto nazi y, otra, aparentemente menos polémica, que describe la vida en nuestro planeta durante un minuto. Aún no he podido leer esta Provocación, si llego a hacerlo ya les comentaré.
NOTA: Alianza Editorial en su colección El Libro de Bolsillo está publicando una Biblioteca Lem, en la que esperemos llegue a aparecer Vacío perfecto.
2 comentarios:
Estoy leyendo el libro de Lem y me parece excelente. No entiendo muy bien la relacion que planteas con bolaño, del cual acabo de terminar "detectives salvajes". Me dejo fascinado esta novela.
Ritalina,
me refiero al libro de Bolaño «La literatura nazi en América» que comente en esta misma sección el 16 de noviembre de 2005 y también es una compilación de reseñas de libros apócrifos (un catalogo del vacío perfecto) muy interesante y divertido.
Gracias por leer mi constelación y comentar.
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