Estos tres últimos días me he desvelado una hora antes de que suene el despertador. Totalmente despierto pero aún cansado soy incapaz de conciliar de nuevo el sueño. Espero impaciente el repicar de las campanas. La oscuridad y el tiempo se dilatan. Desde la calle me llegan los carraspeos de los motores que tras la helada de la noche se resisten a arrancar. Siento que me han robado un sueño.
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